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5 de mayo o cómo una batalla en México le cambió el destino a EEUU 18/Mar/2024 INTERNACIONAL

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La celebración del Cinco de Mayo tiene, en México y Estados Unidos, significados relevantes y diversos aunque las festividades en uno y otro país no sean equivalentes o idénticas ni se comprenda ampliamente todas sus implicaciones históricas y contemporáneas.

Pero se trata de una fecha entrañable a escala binacional.

Más allá de los obvios errores (como la falsa pero aún arraigada idea entre el público anglosajón de que el 5 de mayo se festeja la Independencia de México, cuya fecha en realidad es el 16 de septiembre) o de las exageraciones históricas (como que miles de franceses murieron en el campo de batalla de Puebla en 1862, cuando en realidad solo fueron algunos cientos y sus bajas totales incluyendo heridos no habrían pasado de mil), la principal diferencia en relación a la celebración del Cinco de Mayo en México y en Estados Unidos es que, desde la perspectiva de la historia mexicana, en esa fecha se celebra un acontecimiento específico –el triunfo del ejército mexicano sobre el invasor francés en la Batalla de Puebla- mientras que desde la visión de la cultura hispana el 5 de mayo se celebra la experiencia misma de ser mexicano, chicano, méxicoamericano en Estados Unidos.

El significado mexicano

En México, el Cinco de Mayo conmemora justamente la Batalla de Puebla librada en 1862 y donde un ejército mexicano comparativamente más débil derrotó a un ejército francés invasor más poderoso y engreído.

Por ello, esa fecha alude a la defensa de la soberanía nacional, de la legitimidad de un gobierno (el mexicano de Benito Juárez) frente a la intervención extranjera y, también al orgullo patrio ante invasores con una mentalidad colonizadora, racista y de falsa superioridad (se afirma que Lorencez, el general en jefe francés, llegó a decir incluso antes de librar la batalla que ya era el “amo de México” porque los franceses eran superiores a los mexicanos en “organización, disciplina, raza, moral y refinamiento de sensibilidades”).

Además, aunque los franceses volvieron en 1863 y ocuparon gran parte de México e impusieron a Maximiliano de Habsburgo como emperador, a la postre la República superó el reto, y restauró al gobierno legítimo de Juárez en 1867.

Y el Cinco de Mayo en cierto modo engloba la lucha de construcción nacional que México libró en las décadas de 1850 y 1860, con la Guerra de Reforma y la Intervención Francesa, y tras lo cual se consolidó el estado federal, las leyes liberales y la identidad nacional que son la base del México actual.

México, por ello, tiene mucho que celebrar en esa fecha y si no es un día feriado a escala nacional y no es tan popular como el 16 de septiembre, la razón no es necesariamente por tener un significado histórico secundario o por falta de conocimiento de la fecha. Sería más bien por razones prácticas para racionalizar la cantidad de días no laborables.

Incluso hay quien diría que el 5 de mayo no es feriado nacional oficial por estar muy cerca del 1 de mayo, cuando en tiempos de la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la segunda mitad del siglo 20 se celebraba un gran desfile de trabajadores que equivalía a rendir pleitesía al presidente en turno, y hay quien supone que dado que en la Batalla de Puebla comenzó a despuntar la estrella militar de Porfirio Díaz, quien fue uno de los grandes generales mexicanos en la lucha contra Francia y luego presidente, dictador y figura estigmatizada tras la Revolución Mexicana de 1910-1917, no convenía al régimen postrevolucionario mexicano evocar la figura del derrocado Díaz, máxime cuando ya se celebraba, el 21 de marzo, el nacimiento de Juárez, icono de la Reforma, la lucha contra Francia y la restauración republicana.