Natalia.. 27/Jul/2020

Se llamaba Natalia. Le gustaba leer, saltar a la comba, jugar con las amigas. El helado de avellana, el mes de agosto, los notables y los sobresalientes (era excelente estudiante), las faldas rosa de vuelo, las tardes de toros, el día de su santo..

Y, como todo llega, había llegado el 27 de julio: día de santa Natalia. El covid lo había hecho todo diferente pero la pequeña iba a festejar su santo de igual modo. Era siempre alegre y le agradaba vivir los momentos fuera como fuese...

Llegó al jardín a las ocho, como se había acordado en familia. En el jardín había tres caminos pintados en el suelo. El azul era recto y hermoso, limpio. Los otros tenían piedras pequeñas y curvas. Natalia escogió el azul...

Y así llegó al abrazo de sus abuelos, a la mesa con los regalos, a la canción de los amigos, al beso de su hermano: un niño con síndrome de Down: el obsequio mayor que había recibido en la vida. En esa vida en la que siempre seguía el camino azul..

..el recto, puro, sereno. El de la verdad.

La fiesta se alargó hasta la noche, Natalia ya tenía nueve años y no necesitaba irse a la cama temprano. Y hubo una vaquilla, eran muy taurinos!, y todos cumplieron con la norma y lucieron mascarillas. Ella una muy torera y bonita: detalle zaragozano!

Dedicado a Natalia
A cada Natalia en su día
El cuento de las mascarillas no es este (Albriux), este es el anticipo
Al toreo. En defensa del toreo
A cada persona con síndrome de Down: la sonrisa de Dios
A la gente buena y de verdad
A mi querido Luis
A las familias y a mi familia
A nuestras tradiciones
A los que hacen Las cosas De Forma excelente