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Tiempos de decisiones 24/Nov/2017

José Francisco Lopez Vargas
Correo: elnegrito_63@hotmail.com
@elnegrito_63
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Por Francisco López Vargas

Andrés Manuel es la réplica del más viejo estilo de hacer política en el país. Lástima que la gente, los jóvenes no saben cómo gobernó Díaz Ordaz, ni Luis Echeverría y menos López Portillo porque el enojo del tabasqueño es con Miguel de la Madrid, con Carlos Salinas y su liberalismo social y más con Ernesto Zedillo.

Quizá cuando lea usted esta colaboración ya se haya presentado la convocatoria del PRI para la presidencia de la República. Los corrillos políticos señalan que quizá el próximo lunes 27 sería la fecha para esa definición y se despeje la duda de quien será el aspirante tricolor entre José Antonio Meade, Miguel Angel Osorio Chong y Aurelio Nuño Mayer.

El 20 de noviembre Morena presentó su proyecto de nación y con ello Andrés Manuel López Obrador sigue en la senda de ser el candidato eterno de ese partido por lo que su propuesta no es diferente a la que ha presentado en las otras dos ocasiones que contendió para ese cargo.

El Frente Democrático Nacional dice que el 14 de diciembre se definirá método y que hasta el 11 de febrero, como lo prevé la ley, se designarán las candidaturas.

No debería extrañarnos que las propuestas populistas se recrudezcan. Que los temas sensacionalistas y mediáticos serán el común denominador pero las recetas no explicarán a detalle cómo resolverse, cómo instrumentarse porque una cosa es decirlo y otra muy diferente es echarlas a andar.

Concatenada a esa decisión, las decisiones en los estados en los que habrá cambios de gobierno empezarán a decantarse. En Yucatán, por ejemplo, la guerra sucia hace semanas que empezó: Mauricio Sahuí ha sido quizá el más agredido y para ello usan su paso por el gobierno de Ivonne Ortega como elemento de desprestigio, a Caballero Durán nada más le refieren su vinculación al tema Crecicuentas, mientras que a Pablo Gamboa se le recuerda su ausencia de Yucatán hace algunos años, pero sobre todo el apoyo y las debilidades de su padre, el senador Emilio Gamboa Patrón.

Sin embargo, hay personajes a los que nadie toca y no es porque tengan una trayectoria limpia, hay quienes su paso por la política los han alejado de su pasado humilde y se han catapultado a un nivel económico que no podría justificar de no hacerles un análisis detallado. Resulta sospechoso que mientras a unos aspirantes se les agrede, a otros no se les señalen sus negativos.

Lo que veremos en la próxima campaña será la multiplicación de las agresiones y la guerra sucia pero, por desgracia, no pareciera que ni uno de los aspirantes quiera presentar su proyecto y menos que la gente quiera conocerlo.
En realidad, la sociedad mexicana está ávida de escándalos, de que lo que piensa de sus políticos se concrete para seguir enojados, para echarles la culpa del por qué no es exitoso, del por qué la frustración de no vivir la vida que desea, que tiene que ver precisamente por la manera como el país crece, evoluciona.

Para nadie es un secreto que la elección de 2018 será atípica, pero también es verdad que tampoco podemos prever si el golpeteo previo no inhibirá el voto.
Andrés Manuel sigue el manual del perfecto populista y victimiza a la población, le hace sentir que sólo él podría sacarlos de la pobreza extrema, pero eso sólo ocurrirá en la medida de que haya generación de empleo, obra pública y prácticas de gobierno que eliminen no sólo los obstáculos y las prácticas de corrupción sino políticas públicas inteligentes y democráticas, nunca autoritarias.

Como pocas veces, la elección de 2018 se da por perdida para el PRI. Así, de plano muchos analistas ven ya como presidente de la república a un Andrés Manuel López Obrador para el que la tercera sería la vencida. Como si ya le tocara, pues y de poco o nada valiera el proceso electoral como poco vale para él la decisión final del órgano electoral porque siempre termina por desestimarlo, así pierda por decenas de miles de votos ante Calderón o por millones ante Peña.

El hartazgo social que se materializa en las redes sociales no necesariamente se traduciría en votos, como tampoco un nuevo gobierno que sea bondadoso y gentil terminará con el gran negocio que es el narcotráfico, el tráfico de indocumentados o el crecimiento de la delincuencia.

Lo que no está en duda es que el modelo económico-político está agotado. 60 millones de pobres no sólo lo acreditan sino que exigen que el país tome un nuevo rumbo. Sin embargo, la manera como ha gobernado el PAN, el PRD incluso con Andrés Manuel López Obrador no significa que Morena sería diferente cuando todos sus militantes han sido del PRD, han militado en el PRI o en otros partidos cuyo ejercicio de gobierno no han representado avances.

López Obrador no se caracterizó, como jefe de Gobierno, por brindarle a la ciudad de México más seguridad, ni por erradicar el ambulantaje –voto corporativo-, ni por eliminar la prostitución ni la trata de personas o al menos controlarla o restringirla y permitió el auge del narcomenudeo en la capital, como ha quedado en evidencia el caso de Tláhuac, donde su delegado está más que involucrado según todas las evidencias.

¿Cómo planea Andrés Manuel trabajar si gana la presidencia si todos los que propone son gente del viejo cuño priista?, ¿cómo tendrán libertad si él tiene la última palabra en todo?

Andrés Manuel es la réplica del más viejo estilo de hacer política en el país. Lástima que la gente, los jóvenes no saben cómo gobernó Díaz Ordaz, ni Luis Echeverría y menos López Portillo porque el enojo del tabasqueño es con Miguel de la Madrid, con Carlos Salinas y su liberalismo social y más con Ernesto Zedillo.

Hay que cambiar el modelo económico y el estilo de gobierno que impera en el país, pero no darle la bienvenida al pasado más autócrata y más represor del México moderno.